Permitidme que os cuente un secreto. Este blog es la herramienta que los dos autores de Tranki Papas, un servidor y mi buen amigo y compañero Pere Cervantes, utilizamos para seguir fomentando la prevención de los riesgos de Internet para los menores. En abril de 2013 hará un año que salió a la luz nuestro manual Tranki Papas, gracias al apoyo imprescindible de nuestra agente Marta Sevilla, de la Editorial Planeta y del magnífico equipo humano de ONIRO. Después de varias presentaciones y muchas entrevistas en diferentes medios, nunca hemos contado algunos detalles que nos rodearon a Pere y a mi mientras dábamos forma a Tranki Papas y creo que este es el mejor momento para hacerlo. Algunas dudas nos asaltaban mientras lo escribíamos: ¿se entenderá lo que queremos transmitir? ¿el lenguaje que utilizamos es suficientemente claro y asequible para cualquier padre/educador? Mientras creábamos Tranki Papas dábamos forma a un puente que permite llegar a los padres "analógicos" hasta un nuevo mundo para ellos, el mundo digital de sus hijos. Varias veces a lo largo de las páginas de Tranki Papas decimos a nuestros lectores que en este viaje no están solos, que tienen a su disposición los conocimientos de los autores y al final de Tranki Papas tendrán además una mochila llena de herramientas para gestionar la relación menores/Internet/familia, algo imprescindible para un desarrollo social adecuado.
En este proceso creativo surgió de Pere la idea de crear un personaje que representara a todos los padres de adolescentes que se relacionan en Internet sin ningún tipo de supervisión. Este personaje se llamó Jacinto y representa una buena forma de dar ese punto de realismo a todos aquellos riesgos que hay en la red para los menores, difíciles de entender sólo con explicaciones teóricas.
Pasado casi un año, nuevamente Pere Cervantes ha hecho gala de ese espíritu creativo que le envuelve, que le impulsa a escribir historias que nos hagan reflexionar, a crear personajes, que al igual que con Jacinto, nos permitan ver aspectos de este mundo en el que vivimos que pasan desapercibidos para muchas personas. Aspectos tan humanos y tan presentes en nuestra sociedad como la marginalidad, la vida, las frustraciones, el suicidio, la soledad o la esperanza. La suma de todo esto se ha materializado en su última novela ROMPEOLAS, de la Editorial Talentura Libros, publicada y en las librerías desde marzo de 2013. Con ROMPEOLAS, Pere mantiene su promesa de sorprender, de romper moldes escribiendo libros totalmente diferentes a los anteriores. En mi opinión, con sus novelas nos ayuda a conocer la naturaleza del ser humano, a veces oscura, impredecible y violenta como un rompeolas cuando golpea el mar.
Os dejo una breve reseña:
Andrés, el protagonista de esta novela siempre ha comparado las nubes con las dudas porque para él son lo mismo. Por paradójico que resulte, es un arquitecto que tras una estafa en serie, termina sin techo en las calles de su ciudad. Al llegar la hora de callar su conciencia, decide sucumbir sobre el rompeolas de la playa de la Barceloneta. El mismo lugar hasta el que llegó el Quijote en su ronda litoral de la ciudad a la que Don Miguel de Cervantes describió como “archivo de cortesías”. Al personaje del siglo XVII lo derrotó para siempre allí el Caballero de la Blanca Luna, al de este libro lo doblega la dulzura de Valeria, una argentina temperamental, embarazada y a punto de abandonar el país, antes de convertirse en una ilegal. Los puentes son tristes porque tienen forma de sonrisa invertida, pero esta historia no lo es a pesar de que en algún bolsillo se guarde una jeringuilla cargada con estricnina, un metrónomo que tensa el relato. Un tercer personaje, Héctor, un joven aspirante a director de cine, tendrá la posibilidad de intervenir y cambiar el curso de los acontecimientos. Al fin y al cabo, el secreto que atormenta a Andrés también condiciona su propia existencia. Es una historia más que breve, abreviada, elíptica, en la que nada sobra después de ser sometida a un montaje milimétrico. Aunque Andrés y Valeria parezcan dos actores, no lo son, no interpretan un papel sino que viven en un mundo para muchos oculto, que se llama verdad. Con esa actitud muestran lo que puede suceder cuando se deja de mentir. A pesar de que transcurre entre bloques de cemento, la novela no es nada monolítica. Todo lo contrario, es de ese “material del que están hechos los sueños”, al que se refiere Dashiell Hammet en El halcón maltés.
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