Prácticamente
a diario vemos en los informativos de cualquier cadena que se ha realizado una
nueva operación policial contra la distribución de pornografía infantil, en la
que han resultado detenidas o imputadas docenas de personas e incautados
numerosos archivos informáticos de contenido pedófilo. Pero ¿qué hay detrás de
estas operaciones policiales? ¿Está suficientemente castigado este delito?
El
actual Código Penal español castiga la explotación y corrupción de los menores
de 18 años o incapaces, tanto en espectáculos públicos como privados. O la
elaboración de cualquier clase de material pornográfico, utilizando a dichas
personas en cualquiera que sea su soporte. De esta forma queda cerrado en términos
de legalidad cualquier posibilidad de innovación tecnológica de cara a la
elaboración de material pornográfico relacionado con menores o incapaces.
También se criminaliza la financiación de cualquiera de las actividades
anteriores e incluso la mera posesión de archivos de este tipo.
Las
penas por estos delitos pueden llegar a los nueve años de prisión si se alguna
de las siguientes circunstancias:
- Cuando se utilicen a niños menores de 13 años.
- Cuando los hechos revistan un carácter particularmente degradante o vejatorio.
- Cuando los hechos revistan especial gravedad atendiendo al valor económico del material pornográfico.
- Cuando el material pornográfico represente a niños o a incapaces que son víctimas de violencia física o sexual.
- Cuando el culpable perteneciere a una organización o asociación, incluso de carácter transitorio, que se dedicare a la realización de tales actividades.
- Cuando el responsable sea ascendiente, tutor, curador, guardador, maestro o cualquier otra persona encargada, de hecho o de derecho, del menor o incapaz.
A
pesar de lo anterior siguen existiendo usuarios que descargan material
pedófilo, lo comparten y consumen de manera habitual a través de las redes de intercambio de
archivos P2P (peer to peer). Por estas redes circulan millones de
archivos de todo tipo (video, imagen, audio) que pueden ser descargados por cualquier persona, sólo
tienen que instalar el correspondiente programa cliente en su ordenador (P.e.: Emule o Ares), buscar
estos archivos introduciendo las palabras clave necesarias y hacer click sobre
aquellos que se quieran descargar y visualizar. Algunos de los archivos
relacionados con la pornografía infantil se pueden identificar fácilmente por
sus nombres, sin tener que comprobar su contenido, ya que aparecen palabras
habituales en la terminología del pederasta, como las siglas PTHC
(PreteenHardCore).
Según nuestra experiencia tras años investigando este tipo de delitos, en las redes de intercambio de archivos P2P, como la
red EDONKEY, pueden descargarse y a la vez compartirse con otros usuarios
archivos de menores en actitud sexual, de dos formas diferentes: por error,
como es el caso de los archivos de tipo pedófilo que circulan por la Red
escondidos bajo un nombre que no hace alusión a su verdadero contenido; o con
la finalidad expresa de consumir, compartir, y difundir este tipo de material.
La realidad es que los consumidores de este tipo de
archivos tiene fácil acceso a ellos a pesar de la lucha legal y policial que se
está realizando desde hace años para acabar con esta lacra. Uno de los principales motivos es que las redes P2P son de libre acceso, gratuitas, de alcance internacional, compuestas por millones de usuarios que comparten archivos de todo tipo desde sus ordenadores, y como ya hemos oído muchas veces, con la cara negativa de Internet, no se pueden poner puertas al campo, es preferible educar y concienciar para llevar a cabo una adecuada prevención, que solamente prohibir. De todas formas,
estos archivos no están exclusivamente en las redes P2P, sobre las que es de
sobra conocida la vigilancia que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
si no que los pedófilos han diseñado otras formas de contacto e intercambio de
archivos como por ejemplo a través de perfiles creados en Redes Sociales,
listas de distribución de correo electrónico, foros creados de forma específica
para esta temática o servidores que albergan este tipo de material. Como veis,
las posibilidades son muchas, de ahí que cualquier iniciativa que vaya dirigida a acabar con la pornografía infantil sea bien recibida.
Pero ¿debemos demonizar las redes P2P? ¿Qué puedeo hacer?
Evidentemente
NO. A través de las redes peer to peer se puede compartir cualquier tipo de
archivo de imagen, vídeo, música, documentos, etc. Debido a su funcionamiento,
los archivos que se descargan, pueden estar al mismo tiempo siendo compartidos
con otros usuarios de la Red que igualmente los están descargando en sus ordenadores.
Si en alguna ocasión un usuario descarga por error un
archivo de esta naturaleza, lo recomendable es que lo ponga en conocimiento de
la Comisaría, Puesto de la Guardia Civil o Policía Autonómica, más cercana a su
domicilio, aportando toda la información posible sobre los archivos descargados
como el tamaño, duración, nombre exacto del archivo, programa de descarga, código HASH,
etc. Nunca se debe enviar este tipo de archivos a otras personas a través de
correo electrónico o similar, aunque la finalidad sea exclusivamente informar a
otros usuarios del desagradable hallazgo o demostrar lo denigrante que es la
actitud de las personas que explotan menores sexualmente. Se podría estar compartiendo pornografía infantil y eso, como hemos dicho, es un delito. Es preferible aislar
el archivo fuera de la carpeta de compartir archivos (en Emule es la carpeta Incoming)
y anotar o imprimir las características del archivo, como nombre completo,
duración y tamaño.
También se puede consultar con la Brigada de
Investigación Tecnológica (B.I.T.) del Cuerpo Nacional de Policía a través de
la página web www.policia.es o
directamente escribiendo un correo electrónico dirigido a denuncias.pornografia.infantil@policia.es,
indicando los datos de identidad del usuario que ha realizado la descarga,
programa utilizado, domicilio de conexión a Internet y todos los datos técnicos
del archivo para una más fácil localización en la Red.
No hay comentarios:
Publicar un comentario