domingo, 6 de mayo de 2012

Educar y no espiar.

Cuando hablamos de nuestros hij@s en la Red, no son pocos los padres que se preguntan, a tenor de los peligros que les acechan, si la prevención está muy por encima del derecho a la intimidad que sus propios hij@s pueden acabar reivindicando. Lejos de querer instaurar un “pódium” sobre qué derecho prevalece sobre el otro, desde el libro TRANKI PAP@S hacemos hincapié en los distintos modos en los que un padre o una madre puede saber del mundo virtual de sus hijos. Preferimos que los Pap@s se creen un perfil de usuario con su propia identidad, a que lo hagan con uno falso para así poder espiar a sus hij@s. Preferimos siempre el que se fomente el diálogo explicándole al menor qué peligros le acechan para que sea él, y sólo él, quien madure sobre ello y en el caso de que detecte algún comportamiento extraño de uno de sus contactos en la red social en la que esté, chat o foro, lo comunique a sus padres. Si el libro TRANKI PAP@S nació, fue precisamente para educar a los padres en el actual panorama que representa Internet, educar a los padres en los conocimientos básicos, los peligros más emergentes y las herramientas para evitar estos. Una vez los padres y madres sean educados en ello, la misión principal es educar al menor. Educarnos para poder educar, no nos cansaremos de repetirlo. Una vez se inicie ese proceso educativo por parte de los padres, creemos que un buen lema en relación al derecho de intimidad de nuestros hij@s sería el de “Libertad  según responsabilidad”. Con ello queremos decir que contra más responsable sea nuestro hij@ (su edad es un factor determinante), mayor autonomía podemos darle, y ante faltas de responsabilidad, la restricción de esa autonomía sería el camino a seguir. Si nuestros hij@s nos engañan en lo que al uso de las TICS se refiere, invitamos a un diálogo basado en nuestra propia “experiencia vital” como padres, un diálogo en el que se le explicará que ha faltado a nuestra confianza, y eso le ha llevado a tener menos autonomía hasta que nos demuestre que merece recuperar esa confianza, y por ende esa mayor libertad que no es otra cosa que ejercer su derecho a la intimidad. No defendemos el controlar a escondidas. La solución pasa por enseñar. Si los padres no escuchan las conversaciones de sus hij@s (en el patio del colegio, en el móvil,…), tampoco lo deben hacer online. Hay que tener en cuenta que una cosa es espiar y otra muy diferente, impedir que entre en un chat sexual. Cosa que realizan los denominados Controles Parentales y que no vulneran en ninguna ocasión el derecho a la intimidad de nuestros hij@s. Sin embargo estos Controles parentales no son más que una herramienta más de las que proponemos en Tranki Pap@s, por lo que no aconsejamos que se delegue en ese determinado software la plena educación virtual de nuestros hij@s. Hablar con nuestros hij@s acerca de qué nuevos contactos, hasta la fecha desconocidos, han accedido a su red social, qué tipo de correos electrónicos “extraños” ha recibido, saber en qué redes sociales tienen nuestros hij@s perfiles creados, conocer si ha concertado alguna cita con alguien que haya conocido por Internet, estar atento a algún cambio en su conducta, estado anímico o rendimiento escolar,… Todo ello, no es espiar, es como todos bien sabéis, educar de manera activa, atendiendo a las emociones de nuestros hij@s e intentando que desarrollen su madurez en el mundo virtual con las mismas garantías con las que nos esforzamos para que así sea en el mundo real, por cierto, cada vez más fundidos nos guste o no. Educar y no espiar , en nuestra humilde opinión, pues no somos psicólogos, es la respuesta a cualquier posible vulneración de la intimidad de nuestros hij@s.

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