martes, 6 de noviembre de 2012

Cómo luchar contra la pornografía infantil desde casa


Prácticamente a diario vemos en los informativos de cualquier cadena que se ha realizado una nueva operación policial contra la distribución de pornografía infantil, en la que han resultado detenidas o imputadas docenas de personas e incautados numerosos archivos informáticos de contenido pedófilo. Pero ¿qué hay detrás de estas operaciones policiales? ¿Está suficientemente castigado este delito?
 
El actual Código Penal español castiga la explotación y corrupción de los menores de 18 años o incapaces, tanto en espectáculos públicos como privados. O la elaboración de cualquier clase de material pornográfico, utilizando a dichas personas en cualquiera que sea su soporte. De esta forma queda cerrado en términos de legalidad cualquier posibilidad de innovación tecnológica de cara a la elaboración de material pornográfico relacionado con menores o incapaces. También se criminaliza la financiación de cualquiera de las actividades anteriores e incluso la mera posesión de archivos de este tipo.

Las penas por estos delitos pueden llegar a los nueve años de prisión si se alguna de las siguientes circunstancias:

  • Cuando se utilicen a niños menores de 13 años.
  • Cuando los hechos revistan un carácter particularmente degradante o vejatorio.
  • Cuando los hechos revistan especial gravedad atendiendo al valor económico del material pornográfico.
  • Cuando el material pornográfico represente a niños o a incapaces que son víctimas de violencia física o sexual.
  • Cuando el culpable perteneciere a una organización o asociación, incluso de carácter transitorio, que se dedicare a la realización de tales actividades.
  • Cuando el responsable sea ascendiente, tutor, curador, guardador, maestro o cualquier otra persona encargada, de hecho o de derecho, del menor o incapaz.

A pesar de lo anterior siguen existiendo usuarios que descargan material pedófilo, lo comparten y consumen de manera habitual a través de las redes de intercambio de archivos P2P (peer to peer). Por estas redes circulan millones de archivos de todo tipo (video, imagen, audio) que pueden ser descargados por cualquier persona, sólo tienen que instalar el correspondiente programa cliente en su ordenador (P.e.: Emule o Ares), buscar estos archivos introduciendo las palabras clave necesarias y hacer click sobre aquellos que se quieran descargar y visualizar. Algunos de los archivos relacionados con la pornografía infantil se pueden identificar fácilmente por sus nombres, sin tener que comprobar su contenido, ya que aparecen palabras habituales en la terminología del pederasta, como las siglas PTHC (PreteenHardCore).

Según nuestra experiencia tras años investigando este tipo de delitos, en las redes de intercambio de archivos P2P, como la red EDONKEY, pueden descargarse y a la vez compartirse con otros usuarios archivos de menores en actitud sexual, de dos formas diferentes: por error, como es el caso de los archivos de tipo pedófilo que circulan por la Red escondidos bajo un nombre que no hace alusión a su verdadero contenido; o con la finalidad expresa de consumir, compartir, y difundir este tipo de material.

La realidad es que los consumidores de este tipo de archivos tiene fácil acceso a ellos a pesar de la lucha legal y policial que se está realizando desde hace años para acabar con esta lacra. Uno de los principales motivos es que las redes P2P son de libre acceso, gratuitas, de alcance internacional, compuestas por millones de usuarios que comparten archivos de todo tipo desde sus ordenadores, y como ya hemos oído muchas veces, con la cara negativa de Internet, no se pueden poner puertas al campo, es preferible educar y concienciar para llevar a cabo una adecuada prevención, que solamente prohibir. De todas formas, estos archivos no están exclusivamente en las redes P2P, sobre las que es de sobra conocida la vigilancia que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, si no que los pedófilos han diseñado otras formas de contacto e intercambio de archivos como por ejemplo a través de perfiles creados en Redes Sociales, listas de distribución de correo electrónico, foros creados de forma específica para esta temática o servidores que albergan este tipo de material. Como veis, las posibilidades son muchas, de ahí que cualquier iniciativa que vaya dirigida a acabar con la pornografía infantil sea bien recibida. 

Pero ¿debemos demonizar las redes P2P? ¿Qué puedeo hacer?

Evidentemente NO. A través de las redes peer to peer se puede compartir cualquier tipo de archivo de imagen, vídeo, música, documentos, etc. Debido a su funcionamiento, los archivos que se descargan, pueden estar al mismo tiempo siendo compartidos con otros usuarios de la Red que igualmente los están descargando en sus ordenadores.

Si en alguna ocasión un usuario descarga por error un archivo de esta naturaleza, lo recomendable es que lo ponga en conocimiento de la Comisaría, Puesto de la Guardia Civil o Policía Autonómica, más cercana a su domicilio, aportando toda la información posible sobre los archivos descargados como el tamaño, duración, nombre exacto del archivo, programa de descarga, código HASH, etc. Nunca se debe enviar este tipo de archivos a otras personas a través de correo electrónico o similar, aunque la finalidad sea exclusivamente informar a otros usuarios del desagradable hallazgo o demostrar lo denigrante que es la actitud de las personas que explotan menores sexualmente. Se podría estar compartiendo pornografía infantil y eso, como hemos dicho, es un delito. Es preferible aislar el archivo fuera de la carpeta de compartir archivos (en Emule es la carpeta Incoming) y anotar o imprimir las características del archivo, como nombre completo, duración y tamaño.

También se puede consultar con la Brigada de Investigación Tecnológica (B.I.T.) del Cuerpo Nacional de Policía a través de la página web www.policia.es o directamente escribiendo un correo electrónico dirigido a denuncias.pornografia.infantil@policia.es, indicando los datos de identidad del usuario que ha realizado la descarga, programa utilizado, domicilio de conexión a Internet y todos los datos técnicos del archivo para una más fácil localización en la Red.  

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